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19 años de las desgracia de Biescas. Desde una ciudad como Burgos donde la importancia de la prehistoria y la historia toma otra visión, ya sea por su importancia histórica o prehistórica, desde donde entender y comprender que el estudio de lo pasado y nuestros antepasados es una de la mayores utilidades para el ser humano, no solo por conocer su acervo, sino porque el conocimiento de lo pasado nos ha permitido construir una buena parte de lo que hoy somos. Querría dedicar estas líneas al recuerdo del fatídico 7 de agosto de 1996, cuando una descarga masiva de agua producto de una tormenta en la cabecera del barranco, hacen que se descargue cientos de metros cúbicos, sobre sobre un pequeño barranco, del pirineo oscense, al final del mismo, tiene un cono de eyección, sobre el que se encuentra situado el camping “Las nieves” de Biescas. Aquella tarde de verano cientos de personas se encontraban alojadas en el camping y en el momento de la tormenta refugiadas en sus caravanas y tiendas. Muchos recordamos, con estupor, las imágenes, que los campistas grabaron con sus video cámaras, aquellas impactantes imágenes de caravanas y coches arrastrados junto a cientos de árboles, ramas, piedras y otros materiales que llegaron a más de 140.000 toneladas de residuos. Horas más tarde saltaba la voz de alarma para todo el país, pues esa fuerte tormenta, sobre ese barranco y la situación del camping sobre el cono de eyección, hicieron que arrastrase todo lo que encontrase a su paso, produciendo 87 muertos y cientos de heridos. Muchos de ellos desaparecidos durante días, hasta que fueron localizados, familias enteras que perecieron o aquellas que perdieron un parte de la misma. Todo aquello fue un drama y un espectáculo dantesco, que muchos dirían que para olvidar, pero otros insistimos en no hacerlo. No debemos hacerlo no solo en recuerdo de las víctimas y para que no se vuelva a construir, un camping, en un lugar como aquel, sino porque en cuanto a los servicios de emergencia y la respuesta ante esta emergencia se refiere, Biescas marco varios puntos de inflexión, muy importantes todos ellos para historia de los servicios de emergencia de nuestro país. Biescas fue una de las últimas grandes catástrofes de nuestro país donde prácticamente la mayoría, de los servicios de auxilio fueron prestados por personal voluntario, no solo de la comunidad de Aragón sino de toda España, Cruz Roja, DYA, Protección Civil, Grupos del Perro de Salvamento de Euskadi y Asturias, etc. Otro de los puntos de inflexión de esta catástrofe, ya que fue la primera vez, fue la presencia y utilización de equipos de psicólogos para la atención de familiares en una situación como la vivida. El siguiente punto de inflexión marcado fue el uso de los perros de rescate y salvamento, en nuestro país no hay una gran tradición en el adiestramiento de los perros, pues nos deberemos de trasladar, hasta la finalización de la Segunda gran guerra, cuando se crear la sección canina del Cuerpo Nacional de Policía y poco después la escuela “Del Pardo” de la Guardia Civil, pero no sería hasta el año 79 cuando un grupo de civiles se unieron en el Grupo del Perro de Salvamento de País Vasco y crearon de esta forma el primer equipo de perros de Salvamento de nuestro país, haciendo uso de estos perros en el año 85 cuando en la fábrica de explosivos “Río tinto” Galdakano, mueren varias personas sepultadas tras una explosión, ya hasta el año 92 que se derrumba el hotel bahía de Santander no volveríamos a ver actuar, de forma notoria, a este grupo de perros de salvamento, ya que en un año un grupo de perros de salvamento puede participar en más de cincuenta búsquedas de personas desaparecidas. En aquella ocasión del hotel Bahía de Santander, actuaría también la recién creada Unidad de rescate con perros del Cuerpo Nacional de Policía. Sería el día 8 de agosto del 96, donde los perros de búsqueda y rescate toman de nuevo una relevancia especial en nuestro país, ya que deben trabajar a contra reloj, en la búsqueda de las personas desaparecidas. Diecinueve años más tarde de aquella desgracia, donde los perros búsqueda de personas hicieron un papel fundamental, para la localización de los cuerpos sin vida de las personas que el río arrastro, unos equipos de perros de rescate que en el noventainueve por ciento de ellos, eran personas voluntarias y desinteresadas, que se formaron durante años, para colaborar en una situación como la que allí se vivía. De todas aquellas personas, guías de perros de salvamento, voluntarias en su gran mayoría pero también profesionales, hoy apenas quedan sujetando una correa y adiestrando perros, para la búsqueda de personas desaparecidas o sepultadas, apenas una docena de personas en todo el territorio nacional. La mayor parte de las lecciones técnicas aprendidas, junto aquellos perros, en la desgracia del camping de Biescas y otras muchas posteriores que pudieron aprender aquellos guías, las hemos perdido por no conocer las historias allí vividas. Seguramente esta parte de “sabiduría” se habrá perdido, por no haber mantenido aquellos equipos de perros de salvamento o por no haber cuidado, mantenido, promovido y sostenido el voluntariado en nuestro país, no solo, como algunos lo entienden, como mano de obra barata, si no como fuente de valores, de entrega, altruismo, abnegación, humanidad, solidaridad, etc… Conocer nuestra historia nos ayuda a entender mejor nuestro presente y dominar nuestro futuro. Debemos respetar a quienes nos precedieron, pues, “lo que hoy somos lo somos porque alguien lo fue antes que nosotros”. Valga todo ello para no olvidar lo aprendido. |
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